-Decimos esta frase cuando queremos zanjar una discusión, que lejos de dar la razón, sirve para hacer ver al interlocutor que está siendo obstinado en un asunto en el que se equivoca. Cuando alguien se pone pesado y quiere llevar razón a toda costa, a veces terminamos por dársela de mala gana diciéndole ‘¡para ti la perra gorda!’, aunque sólo sea para no tener que soportar su terquedad e insistencia. La "perra gorda" era una moneda española, acuñada en 1870 por primera vez. Tenía un valor de 10 céntimos de peseta. Por debajo de ella estaba la "perra chica" que equivalía a 5 céntimos de peseta.
Su nombre se debe a que en el reverso de la moneda había grabado un león sosteniendo el escudo de España. Como estaba muy delgado y tenía una extraña posición, lo comparaban con un perro y la moneda pasó a llamarse "perra gorda" A lo largo de siete décadas fueron monedas de uso común y, por tanto, el apelativo de perra chica y perra gorda. Debido entonces a su escaso valor, se daba a entender irónicamente en la frase, que era el precio que se ofrecía por dar por concluida la disputa con la que no se estaba de acuerdo. Así pues, la locución ‘¡para ti la perra gorda!’ se originó probablemente en el contexto de quien porfiaba por una cantidad insignificante de dinero con tanta insistencia que su interlocutor prefería dárselo antes de seguir escuchándole.
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