A sus cincuenta años, se siente muy solo. No tiene pareja, ni hijos, ni tampoco amigos. Sobre todo gracias a su peculiar "don" de expulsar fuera de su vida a todas las grandes personas que en alguna ocasión se han acercado a él.
Para poder reflexionar, encontrarse consigo mismo, plantearse nuevos rumbos, y poder comenzar una nueva vida en el ámbito personal y profesional, emprende un viaje por el Camino de los Faros, una ruta senderista de 200 kilómetros por la costa gallega. A lo largo de las ocho etapas en las que transcurre su camino, Daniel conocerá a otras personas, experimentará muchas vivencias y se nutrirá con nuevos aprendizajes, que harán que comience a plantearse una nueva vida con propósito y sentido.